Del Tuti Fruti a Taiwán

Antonio Meliveo y Antonio Soler en el Ateneo de Málaga, Aula Rafael Pérez Estrada. Hablan de El Camino de los Ingleses. Lo presenta el poeta Juvenal Soto, aún recordado por sus mordaces y precisos artículos en Diario 16 Málaga. Juvenal conoció a Meliveo en el Tuti Fruti de Pedregalejo y a Soler en un bar de la calle Císter de cuyo nombre no quiso acordarse.

«La intuición sin trabajo constante, serio y riguroso no sirve de mucho», razona Soto, que vive frente al Mediterráneo como Pérez Estrada, el mago de las novelas de Soler. En el Tuti Fruti de finales de los setenta Juvenal conoce a Meliveo, Banderas y a Miguel Gallego ensayando obras de teatro de Shakespeare. Por ahí también merodea un tal Joaquín Sabina. «A mí nunca me han gustado los cantautores». «¡Toma ya! ¡Ni a mí los poetas románticos». Formaban, relata Juvenal, un grupo «espectacularmente bueno, como espectacular es la película que ha escrito Soler y compuesto Meliveo».

En la charla, el novelista repasa su peripecia vital y creativa con la escritura del guión. Y recuerda un diálogo con Antonio Banderas. «¿Vienes a beber?», le preguntaba el director. En efecto, el escritor se empapó de la trastienda del cine. «Pues sí, algo hay de eso», contestó el novelista. Soler bebía mucho del rodaje e incluso no descarta que algún personaje de futuras novelas esté relacionado con el celuloide.

Meliveo llega muy ilusionado de Berlín por la acogida del público y el premio de los distribuidores europeos. «Siempre he pensado que esta película tenía mucho interés en Oriente«. Y es que El Camino de los Ingleses se exhibirá en Corea y Taiwán. Quizá también en Japón. Lucio Romero, El Abuelo del Babirusa, está entre el público y pregunta cómo es el subtitulado de su personaje en alemán. Lucio, en la Berlinale, los subtítulos iban en inglés. Juan Maldonado, enciclopedia cinematográfica viviente, anima a pasar por taquilla. «Se puede ver en el cine Albéniz». También se pregunta por el personaje de La Gorda de La Cala y destaca el trabajo interpretativo de Raúl Arévalo.

Un joven del público pregunta si para triunfar en cine, teatro, música o literatura hace falta irse de Málaga. Residir en Madrid. «Trabajar desde aquí no es tan descabellado». Meliveo decidió hace mucho tiempo que no se movería de Málaga. «Mi obsesión siempre ha sido ayudar a la gente para que no tenga que irse fuera«. Maldonado, hilarante y lenguaraz, remata: «Esto ha sido como un congreso eucarístico. El que faltaba, Banderas, también ha estado aquí en espíritu. Es muy raro que se hablen de temas exclusivamente profesionales y nadie hable mal de nadie».

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