Una promoción inolvidable de periodistas

DISCURSO GRADUACIÓN DE PERIODISMO 2010-2014 (UNIVERSIDAD DE MÁLAGA)

11 de julio de 2014

Por Agustín Rivera

Todavía recuerdo aquella clase en el Severo Ochoa, el Zulo, de octubre de 2010. Quien estaba en primera fila, los que escuchaban con atención, los que tonteaban con el Tuenti o el Twitter. ¡Vaya invento que conocimos juntos!

Aquellas caras de pipiolos… porque yo también era un docente pipiolo. Aunque algunos no lo sabíais. Era mi segundo curso como profesor. Yo también un rookie, un novato, como vosotros.

En cuatro años habéis aprendido a ser periodistas. Algunos tuvisteis experiencias Erasmus en Reino Unido, Dinamarca, Holanda, incluso en Colombia… Montasteis bares informativos, webs, blogs, escribisteis reportajes de la noche enamoradiza de Tom Wolfe (“Siempre era de noche en mis sueños de la vida periodísticas”), de Kapuscinski (“Los cínicos no sirven para este oficio”), supisteis el valor de una exclusiva. Y sabéis que el reporterismo se basa en ir, contar, ver y olfatear. Y volver para escribirlo.

Esas tardes de la cafetería, de las mesas del hall de la Facultad, yo con mi flamante Ipad2 en la mano, donde a pesar de que ya nos daba clase nos parábamos para hablar de cómo os iba el curso. Siempre os intenté ayudar. Si alguno no lo he hecho en la medida de lo que esperábais, pido perdón.

Si me aceptáis un consejo, bueno, o dos de un padrino, que voy a ser generoso hoy… No perdáis el contacto entre vosotros. Seguro que más uno de vosotros contratará a otro y montaréis equipos. Que vuestra pareja no os condicione hasta los 30.

Quiero que sigamos en contacto. Yo siempre seré vuestro profesor, pero también vuestro compañero. Incluso, ya lo soy de alguno, vuestro amigo.

Sois una generación fantástica, entrañable, llena de talento exportable. Ya sabéis: hay que ser ambicioso. Vivid aventuras, salid fuera. Málaga es una ciudad peligrosamente cómoda y hay que salir. Yo sigo aspirando a mi sueño: quiero ser reportero del New York Times o del Asahi Shinbum japonés. Os lo dije un día clase: watashi wa shimbum kiska des.

Sed respetuosos, pero irreverentes. Arriesgad siempre. Pensad distinto, como en vuestros Grandes Reportajes de GPIO. Ya lo dijo Tácito: “Es poco atractivo lo seguro, en el riesgo está la esperanza”.

Recordad estos años de la Facultad como unos años maravillosos, con algunos sinsabores, desde luego, pero con más ventanas optimistas y apasionantes de los que mucho de vosotros ahora mismo podáis imaginar.

Enhorabuena, periodistas, por graduaros en el mejor oficio del mundo, como repetía García Márquez. Este Periodismo que en realidad no nos gusta. Nos encanta, nos A-P-A-S-I-O-NA.

Y nunca olvidéis una cosa: sed buenas personas, trabajad duro y cuando perdáis algo de vocación, subid a la segunda planta de la Facultad. Entrad en el despacho 13. Pondré todo mi entusiasmo posible para convenceros que sigáis haciendo Periodismo. Sólo Periodismo.

Jamás os olvidaré.

 

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